martes, 7 de mayo de 2013

CORRIENTES RUSAS

Las corrientes rusas fueron descritas y estudiadas por el profesor Kotz hace ya varias décadas, debido a su capacidad de lograr importantes cambios en el trofismo muscular. Técnicamente se trata de corrientes de media frecuencia moduladas con señales de baja frecuencia: la corriente de frecuencia media tiene como objetivo la disminución de la resistencia o impedancia cutánea, permitiendo a la señal de baja frecuencia actuar en profundidad sobre la musculatura. El empleo de las corrientes rusas lejos está de pertenecer exclusivamente al campo de la rehabilitación, ya que estas corrientes fueron incorporadas a la estética debido a su capacidad de producir hipertrofia muscular, por lo que representan una importante herramienta en aquellos tratamientos en los que el objetivo se centra en la tonificación de músculos fláccidos o en la modelación de los contornos corporales.
Utilización de las corrientes rusas
Al igual que la corriente interferencial, las ondas rusas vencen la impedancia de la piel por su frecuencia elevada (alrededor de 2500 Hz.), permitiendo su acción a gran profundidad, sin alterar la sensibilidad cutánea. Debido a sus características, las corrientes rusas son empleadas cuando el objetivo perseguido es la obtención de altos niveles de fortalecimiento muscular, el cual en ocasiones es acompañado de hipertrofia de la musculatura estimulada. La importancia terapéutica de su utilización radica en su capacidad de lograr notables cambios en el trofismo y función muscular, ya que estas corrientes consisten en estímulos eléctricos mantenidos y uniformes, altamente tonificantes y a la vez modeladores del contorno corporal, razón por la cual esta modalidad eléctrica es elegida tanto en la Fisioterapia como en la Estética. Las corrientes rusas se utilizan en el abordaje de la musculatura cuya inervación se halla intacta, y mediante su aplicación es posible lograr un mantenimiento de la flexibilidad, reducción del grado de atrofia (por ejemplo, en zonas lesionadas) o estimulación del aumento de la fuerza muscular.
Las principales indicaciones de esta modalidad terapéutica son:

Atrofias por desuso.
• Periodos de inmovilización post-yeso.
• Fortalecimiento en procesos post quirúrgicos.
Procesos post traumáticos (contusiones, esguinces, etc.) con el objetivo de fortalecer la musculatura durante la etapa sub-aguda.
Hipertrofia muscular progresiva.
Rehabilitación deportiva.
Flaccidez y modelación de contornos corporales.
• Levantamiento e hipertrofia de glúteos.
DINÁMICA DE LAS SESIONES
La dinámica de las sesiones es la misma para ambos tipos de corriente, debido principalmente a que su acción terapéutica es similar. En la rehabilitación, la frecuencia de las sesiones debe ser diaria, variando el tiempo de las mismas según las características previas de la musculatura estimulada. Estas diferentes variables son especificadas en el apartado “Protocolos de tratamiento”. En el campo de la estética, por su parte, el tiempo de estimulación variará en función de la capacidad de respuesta del músculo o grupo muscular estimulado, pudiendo alcanzar valores altos (15 - 20 minutos) en aquellos pacientes entrenados o que practican deportes con cierta frecuencia. En pacientes sedentarios deberá trabajarse con tiempos prudentes, recomendándose incluso un trabajo muscular intercalado con periodos de pausa a los fines de otorgarle a los músculos involucrados en la terapia el tiempo necesario de descanso, evitando de este modo la aparición de fatiga muscular. En este tipo de pacientes se recomiendan dos series de 8 a 10 minutos, con descanso de 3 a 5 minutos entre cada serie.